Al final de la semana, la moneda británica perdió posiciones ganadas con mucho esfuerzo durante los días anteriores. La libra sucumbió a los estados de pánico asociados con el conflicto geopolítico en torno a Ucrania, aunque ha estado a la defensiva durante mucho tiempo.

La caída de la libra se ve facilitada por el rápido crecimiento de la inflación que ha enfrentado el Reino Unido en los últimos 30 años. Recordemos que su nivel anual fue inesperadamente alto en enero. Según informes de la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido, en el primer mes de 2022, los precios al consumidor en el país cayeron un 0,1 % después de un aumento del 0,5 % en diciembre, y la inflación se aceleró repentinamente al 5,5 %.

Los comentarios del gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, echaron leña al fuego. Según el funcionario, "existen riesgos claros de aumento de la inflación, pero los mercados no deben dejarse llevar por otra subida de tasas". Al mismo tiempo, Bailey admite que el banco central subirá la tasa de interés en un futuro cercano, y acertadamente enfatiza que el concepto de "temporal" en relación con la inflación "se ha usado con demasiada frecuencia".

Tras las declaraciones de Bailey, la libra, que logró subir en el par GBP/USD y se encuentra cerca de los 1,3600, retrocedió. La tensión geopolítica actual asociada con la tensa situación en torno a Ucrania también contribuyó a la caída del par. El conflicto geopolítico afecta negativamente la dinámica de la libra y el dólar. En la mañana del jueves 24 de febrero, el par GBP/USD se movió en el rango de 1,3501-1,3502.

Posteriormente, el par comenzó a declinar. El par GBP/USD entró en una espiral descendente, navegando cerca de 1,3497 y mostrando una tendencia a hundirse. Sin embargo, la búsqueda del fondo de la libra será el punto desde el cual se impulsará y comenzará su camino hacia arriba.

Al comentar sobre la decisión del BoE de aumentar las tasas de interés a corto plazo, Bailey se centró en el riesgo de mantener la inflación en un nivel alto. El tema clave para el banco central son las perspectivas inmediatas de la economía británica, que es relevante en el contexto de otra ronda inflacionaria.

Las autoridades del Reino Unido están preocupadas por si la economía podrá mantener la estabilidad en las realidades actuales. Jonathan Haskell, representante del Banco de Inglaterra, hace una pregunta similar. Según el funcionario, "el conflicto geopolítico actual contribuye al aumento del riesgo de la previsión de inflación". Un factor adicional de presión sobre la economía británica es el aumento de los precios mundiales del gas, "aumentando el riesgo de una mayor inflación".

En este contexto, existen disputas sobre la dirección futura de la política monetaria y la subida de tasas del BoE. La incertidumbre de la situación actual dificulta pronosticar el crecimiento económico del país. Según los expertos, en un futuro próximo será necesario endurecer la política monetaria para frenar la inflación y evitar su impacto negativo sobre los salarios y los precios.

La situación actual es desfavorable para la moneda británica, aunque intenta mantenerse a flote. La libra se vio afectada por el aumento en el rendimiento de los bonos del Tesoro en el mercado de valores de EE. UU. En este contexto, el diferencial de rendimiento entre los valores británicos y estadounidenses mostró un antirrécord, cayendo a un mínimo de tres semanas. La situación actual contribuyó a la caída de la libra.

Según los analistas, el próximo aumento en la tasa clave será un salvavidas para la libra. Muchos inversores cuentan con una subida de tasas adicional del 0,25 % en la próxima reunión del BoE, que está prevista para el 17 de marzo. Sin embargo, ahora los expertos recomiendan vender GBP, que tiende a impulsarse desde el mínimo.